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Ciclo de Conciertos «MANUEL DE FALLA» – Flamenco

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Detalles

Fecha:
1 marzo, 2024
Hora:
20:30 h.
Precio:
20 € – 22 €
Lugar:
Teatro de los Remedios
C/ Juan Ramón Jiménez, 22
Sevilla,


 

Venta anticipada de entradas AQUÍ
(También disponible en taquilla)

 

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TRIANA DE AZULEJO

 

A raíz de la llegada al Nuevo Mundo (1492), Sevilla se convirtió durante todo el siglo XVI y parte del XVII en el centro económico mundial, así como en un indudable referente artístico. Aunque el trabajo con barro y arcilla comenzó en la época islámica, en la que el vidriado se instaló en techos, zócalos, etc., una de las actividades más destacadas en esa época fue la cerámica, cuyos hornos estaban asentados principalmente en barrios a las afueras de la ciudad, y de la muralla, donde supuestamente todos esos humos tóxicos de la fabricación no afectaban a la población. Es la Triana alfarera.

También en el siglo XVI, parte del pueblo gitano se estableció en Triana donde trajeron el trabajo de la herrería, la fragua. Ese encuentro de culturas cristalizó en un barrio caracterizado principalmente por su forma de vivir.

En el siglo XIX florecieron en Triana las casas de vecinos o corrales, que se solían construir sobre edificios anteriores como hospitales, cuarteles, casas de hospedaje…. Estos corrales fueron sin duda uno de los gérmenes del flamenco trianero, aunque no el único.

Siempre se ha dicho que Triana es una de las cunas del cante. Y una de las causas es la convivencia e integración que durante mucho tiempo ha habido entre payos y gitanos. De hecho, en Triana se habla de la Cava de los Gitanos y de la de los Civiles. Tanto la aportación de los gitanos (Manuel Cagancho o el Titi) como la de los payos en los cantes del Zurraque (Ramón el Ollero o Antonio el Arenero), han contribuido a crear una serie de estilos por tonás, seguiriyas, soleares, tangos…. que caracterizan a este barrio. Figuras del cante como Frasco el Colorao, Manuel Oliver, Pepe de la Matrona, Naranjito de Triana, Paco Taranto o Remedios Amaya; del baile como Milagros Mengíbar o Manuela Carrasco; de la guitarra como Rafael Riqueni; de la copla y la canción como Marifé de Triana, María Jiménez o Chiquetete, o familias como los Montoya o los Fernández, hacen de Triana un lugar irrepetible.

Rocío Díaz nació y se crio en ese ambiente al lado de una de las más grandes figuras del flamenco de todos los tiempos, Matilde Coral, también trianera. Junto a ella, su marido Rafael «El Negro» y su hermano «El Mimbre», Rocío se fue empapando de ese barrio. Acompañada del tocaor Manolo Herrera y la colaboración especial de la bailaora Luisa Palicio, el Ciclo de Conciertos «Manuel de Falla», en colaboración con la Peña Flamenca Duende, quiere homenajear a este barrio sevillano que tanta gloria le ha dado al flamenco. 

 

 


 

INTÉRPRETES


Rocío Díaz, cantaora

 


Manolo Herrera, guitarra flamenca

 


Con la colaboración especial al baile de

Luisa Palicio, bailaora

 

Manolo Herrera hijo, segunda guitarra flamenca
Antonio Amaya «Petete» y Emilio Castañeda, palmas

 

Triana de Azulejo

 


 

BREVE HISTORIA DEL CICLO DE CONCIERTOS «MANUEL DE FALLA»

Ciclo de Conciertos

En el año 2015 se cumplió el centenario del estreno de El Amor Brujo, de Manuel de Falla, posiblemente la obra de toda la historia de la música en la que mejor se entrecruzan la música clásica y el flamenco. Éste tuvo lugar en el Teatro Lara de Madrid, con Pastora Imperio y un pequeño conjunto de 14 músicos. Se tituló: El Amor Brujo Gitanería en 1 Acto y 2 Cuadros-. Con el tiempo evolucionó en lo que hoy conocemos: un ballet con orquesta sinfónica. Pero la verdadera première se produjo con una orquesta de cámara y una cantaora-bailaora; el 15 de abril de 1915.

Con motivo de dicha efeméride se comenzó a organizar un ciclo de conciertos en la Casa de Granada en Madrid, bajo el nombre de Manuel de Falla, en el que se alternan recitales de música de cámara y flamenco. Posteriormente, el Ciclo se llevó al Ateneo de Madrid debido a la relación que tuvo el compositor gaditano con esta institución a principios del s. XX. Fue aquí, en el Ateneo de Madrid, donde, en 1915 también, se estrenó una de sus obras para voz y piano más emblemáticas -con el mismo compositor al piano-: Siete Canciones Populares Españolas. El Ciclo viaja también regularmente a la Sala Cero Teatro de Sevilla, ciudad en la que, en 1923, Manuel de Falla fundó la Orquesta Bética de Cámara y con la que estrenó, en versión de concierto, una de sus incuestionables obras maestras: El Retablo de Maese Pedro

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